La importancia de una dieta vegana equilibrada

En la actualidad, cada vez son más las personas que se decantan por un estilo de alimentación vegetariano o vegano, tanto por cuestiones éticas y morales como por motivos relacionados con la salud.

Por ello, es muy probable que, como profesional de la Nutrición, lleguen a tu consulta pacientes interesándose por esta corriente alimentaria.

Y es que, aunque cada vez está más extendida, todavía son muchas las dudas que surgen alrededor de ella.

En tu labor de acompañamiento, te encargarás de proporcionar pautas que garanticen un correcto aporte de nutrientes esenciales que llevarán a que estas personas puedan seguir una dieta vegana equilibrada.

Diferencia entre vegetarianismo y veganismo

Empezaremos aclarando que vegetarianismo y veganismo no son lo mismo.

Ambos tienen una base común: no comen carne ni pescado. No obstante, el primero es más laxo, introduciendo alimentos como los huevos, la miel y los lácteos; mientras que el segundo prescinde, a mayores, de todos ellos.

Tipos de dietas veganas

Ahora que ya hemos aclarado que el veganismo se encuentra dentro del vegetarianismo y que ya conoces sus características, vamos a ver qué opciones se contemplan dentro del propio veganismo.

Y es que, como quizá ya sabes, no todas las dietas veganas son iguales, pues cada una tiene sus particularidades y matices.

A continuación, veamos algunas de las más comunes:

Veganismo ético

Esta corriente no se limita únicamente a la alimentación, sino que extiende los principios veganos al resto de los ámbitos de la vida. Por ejemplo, este grupo no consume productos cosméticos ni textiles que procedan de la experimentación animal.

Es uno de los más estrictos, ya que desestiman cualquier forma de explotación de animales y llevan a cabo todas las prácticas que están en su mano para defender este principio.

Granivorianismo

Como su propio nombre indica, sus defensores requieren que su dieta se base en alimentos de grano: avena, arroz, cebada, maíz, trigo… excluyendo así otros alimentos, aunque sean de origen vegetal.

Crudiveganismo

Algunos expertos indican que es el tipo de veganismo más saludable.

Se trata de una dieta en la que los alimentos se cocinan a baja temperatura (por debajo de los 50°C), manteniendo así todas sus propiedades.

Frugivorismo

Con esta variante hay que tener especial cuidado, ya que se sustenta, únicamente, en el consumo de frutas.

Seguir esta tendencia puede resultar muy peligroso, ya que además de que los índices de glucosa en sangre pueden dispararse, comporta también una falta de nutrientes esenciales.

Nutrientes clave para una dieta vegana saludable

La dieta vegana puede ser igual de saludable que la omnívora, aunque es conveniente saber que, en muchas ocasiones, los alimentos veganos no son suficiente.

Así, es muy importante tener en cuenta cuáles son los nutrientes necesarios para una dieta vegana equilibrada:

Vitamina B12

La vitamina B12, que principalmente se encuentra en la carne, el huevo y los lácteos, es determinante ya que trabaja como cofactor para la síntesis y la producción de determinadas sustancias, como los neurotransmisores serotoninérgicos y dopaminérgicos (ambos relacionados con patologías como la ansiedad y el estrés), además de ser vital en la producción de glóbulos rojos.

Así, si tu paciente quiere seguir una dieta vegana, y teniendo riesgo de desarrollar este déficit, debe suplementarse a fin de garantizar una buena dosis de esta vitamina en su organismo.

Vitamina D

Ésta es especialmente importante en lo que al apoyo del sistema inmunológico y la regulación de la insulina de refiere.

Dado que la vitamina D se obtiene a través de huevos y pescados grasos, la población vegana puede recurrir a los suplementos para obtenerla, con un análisis de sangre previo, además de aumentar la ingesta de cereales.

No obstante, una de las recomendaciones principales para ellos y, en general, para el resto de los pacientes, es que la logren a través de la exposición solar, siendo aconsejable en tiempos de 20 a 30 minutos diarios.

Calcio

En este punto, hay que prestar especial atención cuanto más mayor sea el paciente ya que, a medida que pasan los años, disminuye la absorción de calcio.

Lo correcto es que se consuman 1.000 miligramos al día.

No obstante, esto no es tan complicado, ya que el calcio está presente en muchos alimentos de origen vegetal, como el brócoli, el tofu, las almendras, la quinoa, el ajonjolí, la col rizada, los berros, la lechuga, las acelgas, las endivias, la rúcula o las espinacas.

Omega 3

Aunque vegetarianos y veganos tienen un nivel de DHA (ácido docosahexaenoico) más bajo que los omnívoros, se puede llegar a obtener la cantidad adecuada a travésde las semillas de linaza, lino o chía, las nueces y las algas.

En consecuencia, la suplementación no siempre está justificada.

Hierro

Algunos estudios ponen de manifiesto quela ferritina, proteína que almacena el hierro, suele ser relativamente baja entre el colectivo vegano, en comparación con la omnívora.

Para ello, una pauta basada en legumbres, frutos secos, cereales integrales y vegetales de hoja verde aporta los nutrientes necesarios.

Así, y como conclusión, la suplementación en vitamina B12 es indiscutible y, en segundo lugar, se deben controlar muy bien los niveles de vitamina D.

Para el resto de los componentes, y aunque tampoco deben ignorarse, con un esquema alimenticio diseñado por un especialista en Nutrición, en la mayoría suele ser suficiente.

Y, si te has quedado con alguna pregunta, no dudes en consultar el vídeo que hemos preparado para ti. En él, Adriana Puente, Licenciada en Nutrición, habla sobre los nutrientes esenciales en la alimentación vegetariana y vegana.

Si estos contenidos te han gustado y quieres profundizar más en la materia, te recomendamos que visites nuestra oferta formativa en másteres online de Nutrición.

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