Llevas mucho tiempo con una idea en tu cabeza: «Por el trabajo que hago, merezco cobrar más«. Bien, déjanos decirte que nos encanta que tengas ambición, pero… ¡pies de plomo!
Muchas veces, precipitarte por un enfado momentáneo puede hacer que pierdas la oportunidad e, incluso, que tus relaciones laborales se enrarezcan.
Así, hoy hablaremos sobre los incrementos salariales y de cómo puedes solicitar uno y conseguirlo.
Ahora, toma asiento, léenos con tranquilidad y quédate con aquellos puntos que consideres que pueden servirte de ayuda.
5 consejos para lograr que el sueldo que mereces
- Tómate tu tiempo
Una conversación de este tipo no debe abordarse de manera rápida.
Lo mejor es que, cuando tengas claro aquello que quieres exponer, solicites de manera formal un encuentro con tus superiores.
Con esto no queremos decir que no puedas tener este diálogo fuera de la oficina. De hecho, hay especialistas que recomiendan hacerlo en un entorno distendido, por ejemplo, en una comida.
Sea donde sea, intenta que esta persona esté libre durante, al menos, treinta minutos. Las prisas nunca han sido buenas consejeras, por lo que disponer de un intervalo de tiempo amplio te dará mayor seguridad para exhibir tus razonamientos.
2. Manifiesta tus logros
Elabora una lista con tus triunfos en la empresa. Si esta tarea te resulta dificultosa, comienza con los más pequeños hasta llegar a aquellos que gozan de una mayor repercusión.
No se trata de ideas difusas, sino de datos concretos y hechos tangibles. Y, sobre todo, piensa como podrías relacionarlos con aspectos clave como:
- ¿He colaborado a que mi empresa gane más dinero?
- ¿He conseguido que su productividad aumente?
- ¿He mejorado un producto o servicio?
Tenlo preparado, ya que es muy probable que te lo pregunten mientras negocias.
En este apartado también puedes incluir aspectos como: entrega de proyectos antes de la fecha fijada, asunción de nuevas responsabilidades, horas extra, amplia disponibilidad… No tengas miedo a ponerte en valor. Es imprescindible.
3. No seas demasiado concreto
En ocasiones, el receptor del mensaje no se espera esta situación.
Por ello, y como primer acercamiento, es recomendable no especificar un porcentaje o cantidad precisas, sino demandar, simplemente, una revisión salarial.
No obstante, deberás tener clara la cantidad por la que aceptarías dicha revisión. Si has realizado correctamente el paso anterior, será sencillo que mentalmente puedas fijar una suma económica que podrás desvelar a su debido tiempo.
4. Maneja los silencios
Ante momentos de nervios, es habitual que algunas personas traten de llenar el tiempo sobrante con más argumentos.
Y es que, no en vano, se dice que silencio es una de las técnicas más difíciles de aprender y aplicar.
Pero, si lo utilizas con criterio, te dará mucho poder en la negociación.
Así, una vez ya hayas realizado la petición, lo mejor es permanecer callado observando a la otra parte y estudiar su comportamiento y sus reacciones.
Llegados a este punto, nunca presiones a que se tome una decisión inmediata. Retírate tras haber mantenido un silencio adecuado, agradece el tiempo que te han brindado y deja claro que quedas a la espera de una respuesta por parte de la compañía.
5. Afróntalo cuanto antes
Una vez hayas seguido los pasos anteriores, no tardes en fijar la reunión.
Aunque pueda resultarte incómodo, a nivel emocional es infinitamente mejor hacerlo que procrastinar.
Repasa nuevamente los puntos hasta que te sientas con la seguridad suficiente, pero, una vez la adquieras, aborda a tu interlocutor sin demora.
¿Qué puedes hacer si no consigues ese anhelado aumento?
Como decíamos líneas atrás, la actitud es muy importante y la seguridad en ti mismo, aún más.
Así, ten siempre a punto un «plan B», pero no lo saques encima de la mesa hasta no tener un «no« definitivo.
Es decir, los consejos que vamos a darte a continuación puede que no tengas que aplicarlos en el primer encuentro, pero sí tenerlos presentes para el momento en el que te denieguen, de manera formal, la subida de salario.
El caso, que deberás hacer un trabajo extra y pensar a qué otras facilidades podrías acogerte, por ejemplo, hablando sobre temas como:
- Tu jornada laboral.
- Obtener una mayor flexibilidad horaria.
- Realizar un programa de formación.
- Fórmulas de teletrabajo.
- Mayor facilidad en elegir tus periodos de vacaciones.
Y es que… no olvides nunca que estés en una negociación, así que no te des por vencido a la primera negativa que recibas, ya que existen muchos otros aspectos alrededor de la vertiente económica que pueden ser igual de interesantes.
Y tú, ¿has solicitado alguna vez este cambio? Esperamos que esta guía para pedir un aumento de sueldo haya sido de utilidad y tengas las directrices necesarias para hacerlo. ¡Mucha suerte!