¿Qué es meditar?
La meditación es una vieja conocida en la sociedad oriental y se trata de algo relativamente nuevo en el mundo occidental.
Afortunadamente, cada día son más las personas que se suman a este magnífico hábito.
Las opciones son infinitas: las hay para sentarse o tumbarse, algunas que requieren de suaves movimientos, con música o sin ella… ¿Cuál es la más apropiada para ti? En este punto, una persona especialista puede aconsejarte, aunque es recomendable que, por tu parte, explores diferentes dinámicas para principiantes hasta dar con la más conveniente.
La meditación y sus beneficios
Ahora bien, las ventajas que aporta esta potente herramienta no llegan de casualidad, ya que es una práctica que requiere de dedicación y constancia.
Pero te aseguramos que, una vez la integres en tu día a día, notarás un gran cambio, tanto en el plano físico como en el mental.
Veamos ahora algunas de sus virtudes:
- Aumenta tu capacidad de concentración. Tu mente aglutina todo su potencial y se focaliza en una única tarea, lo que te permite llevarla a cabo de manera más eficiente.
- Mejora notablemente tu memoria. Esta capacidad cerebral es muy importante para retener datos y almacenar la información necesaria en tus procesos de aprendizaje, especialmente si estás en época de exámenes.
- Reduce el estrés. Y, con ello, la posibilidad de padecer dolores de cabeza, fatiga, depresión, ansiedad… Por no hablar de que, a largo plazo, estas patologías afectan también al sistema inmunológico.
- Incrementa la memoria visual-espacial. De hecho, y según algunos estudios científicos, este aumento se sitúa por encima de las técnicas habituales. No obstante, y dado que éstas son muy útiles, te aconsejamos leer este post en el que te desvelamos 6 técnicas mnemotécnicas para memorizar mejor.
- Supone un progreso en tu estado emocional. Debido a que meditar acelera la producción de serotonina y dopamina, directamente relacionadas con el placer y la satisfacción, se alcanza un mayor grado de bienestar mental.
- En relación con el punto anterior, contribuye a manejar de manera óptima tus emociones y reacciones. Esto hace que conectes mejor con los demás y que seas más consciente de lo que sucede.
- Mejora las asociaciones. Y es que, después de una sesión de meditación, la asimilación de conceptos y la capacidad de relacionarlos entre ellos también experimenta un crecimiento.
- Ayuda a dormir. Como ya sabrás, el descanso nocturno es clave para sacar el máximo partido a tu jornada y abordar tus retos académicos de manera más enérgica.
¿Por qué meditar te ayuda a estudiar?
Si has estado leyendo con atención los puntos anteriores, ya habrás podido deducir que, como estudiante, la meditación tiene mucho que aportarte en cuanto a memoria, concentración, asociaciones…
Y, además, si te estás preguntando si tú también podrías, la respuesta está muy clara: si puedes pensar, puedes meditar. Ahora bien, todo requiere de una técnica y, sobre todo, de una continuidad en la práctica hasta convertirla en un hábito.
Tengas la edad que tengas, incorpórala en tu rutina, ya que supondrá un antes y un después en tu vida.
Y tú: ¿has meditado alguna vez? ¡Cuéntanoslo!