Hace unas semanas estuvimos hablando de la resiliencia en el trabajo y hoy trataremos la asertividad, otra de las habilidades más demandadas en el mercado laboral actual.
¿Qué es la asertividad?
Empezaremos por aclarar el significado de asertividad que, según la RAE, se define como la expresión de una opinión de manera firme. Aunque nosotros queremos ir más allá, porque no se trata únicamente de opiniones, sino también de ideas, sentimientos y deseos.
Esto, por supuesto, no conlleva imponer tu punto de vista o menospreciar el de los demás, sino todo lo contrario. Se trata de afrontar las discrepancias de manera respetuosa y calmada, sin perder los estribos ni convertir una situación cotidiana en un conflicto.
Por ello, la asertividad en la comunicación es una cualidad imprescindible para relacionarnos con los demás de una manera sana. Así, y como habrás podido adivinar, está estrechamente ligada al respeto, la honestidad y la responsabilidad.
Y ahora que ya conoces la definición de asertividad, vamos a ir desgranando cómo puedes promoverla, ya que ser capaz de trasladar esta conducta al ámbito empresarial es esencial para posicionarse como un profesional competente.
¿Cómo trabajar la asertividad en el trabajo?
Existen numerosas técnicas asertivas y muchos libros de asertividad que tienen como objetivo fomentar esta habilidad. Desde aquí, recogemos aquellas que nos parecen más interesantes:
- Reivindica tu valía
No en vano se dice que la asertividad es la expresión de una sana autoestima. Y es que, para hacerte valer, debes realizar una labor profunda de autodescubrimiento.
Solamente si te conoces, con tus defectos y tus virtudes, serás capaz de ponerte en valor y definirte ante los demás.
- Sé consciente de tus limitaciones
Todas las personas presentan carencias. Sí: también tú.
Es muy importante que sepas hasta dónde puedes (y estás en disposición de) llegar. De esta manera, fijarás los límites necesarios para que ciertas situaciones o compañías no te sobrepasen.
- Relaciónate con empatía
Ponerte en el lugar de la otra persona y comprender su punto de vista hace que la comunicación mejore.
No hay asertividad sin empatía. Recuerda esto antes de tomar la palabra.
- Aprende a decir “no”
¿Cómo una sola palabra es tan difícil de proclamar? Saber emitir una negativa es vital si quieres que tus límites sean respetados y, además, es una excelente forma de poner en práctica el comportamiento asertivo.
- Reconoce los logros de los demás
También conocida como asertividad positiva, elogiar a una persona por una labor bien ejecutada supone un giro muy favorable en vuestra relación.
No des por hecho que todo el mundo sabe que hace las cosas bien y dilo siempre que sea posible; sobre todo, si ocupas una posición más alta que el receptor de tu mensaje. Esto hará que tu equipo adquiera mayor confianza y se refuerce su autoestima.
- Apóyate en técnicas asertivas
Existen ciertos sistemas que lo hacen más sencillo: disco rayado, banco de niebla, aplazamiento asertivo… Te animamos a que profundices en ellas y descubras cómo pueden ayudarte.
¿Por qué es tan importante?
Veamos algunos de los beneficios de la asertividad en el trabajo:
- Facilita la resolución de conflictos.
- Permite gestionar los desacuerdos desde la tranquilidad y la conciencia.
- Hace que defiendas tus derechos de manera coherente y clara.
- Puedes defender tu opinión sin que eso se convierta en un conflicto.
- Garantiza que seas escuchada o escuchado.
Rebatir, transmitir, negociar, decidir, aplazar… todas ellas son acciones que forman parte del día a día de cualquier empleado. La persona que está en disposición de hacerlo con respeto y argumentando correctamente sus decisiones destaca por encima del resto y revaloriza su perfil profesional.
Créenos, una actitud asertiva marcará un antes y un después en tus relaciones profesionales.