9 claves infalibles para hablar en público

Hablar en público: esa tarea que nos da tanto pavor, ¿verdad?

Enfrentarte a ese miedo puede resultar muy dificultoso, sobre todo cuanto más importante sientes que es el evento o más asistentes tengas ante ti.

Tanto si eres estudiante, como trabajador o emprendedor, debes tener claras unas pautas para defender tus ideas en público y conectar con tu audiencia.

Por eso, desde Naxer, hemos decidido hablar sobre ello, ya que se trata de una de las habilidades más demandas en el mercado laboral actual y compartir contigo algunas reflexiones que pueden ayudarte.

9 consejos para hablar en público

  1. Claridad, sencillez y concisión

La primera premisa es que te expliques de manera clara y concisa. Evita dar vueltas sobre el mismo tema, a no ser que estés aportando nueva y valiosa información.

Además, ten en cuenta cómo son tus asistentes para comunicarte de forma que todo el mundo pueda entenderte.

Por ejemplo, no es lo mismo hablar para médicos que cuentan con más de diez años de experiencia que para aquellos que están a punto de entrar en la Universidad.

El lenguaje debe adaptarse al público y, por ello, estas dos conferencias nunca deberían ser iguales

2. Pon ejemplos

Tal y como acabamos de hacer en líneas anteriores, ejemplificar lo que estás contando ayudará a que tus oyentes comprendan lo que estás queriendo transmitir.

Apóyate en ellos y expón casos reales siempre que sea posible, ya que es una manera infalible de fomentar el entendimiento.

3. Sé tú mismo

Sí, esta expresión está muy de moda, pero… ¿qué es lo que queremos decir con esto? Nos referimos a que la naturalidad es uno de los pilares fundamentales para crear vínculos con las personas que te están escuchando.

Si, además, muestras sinceridad y cercanía, tendrás mucho ganado.

4. Contacto visual

Piensa, por un momento, en aquellas personas que conversan contigo, pero no te miran nunca a los ojos. Te genera cierta desconfianza o rechazo, ¿no es cierto?

Por ello, lo más aconsejable es elegir a tres asistentes dentro del público (a la derecha, a la izquierda y en el centro) y alternar tu mirada en estas tres direcciones. De este modo, abarcarás visualmente todo el espacio.

5. Apóyate en un guion

La espontaneidad es una virtud muy apreciada en este contexto, pero se trata de llevar a cabo una acción que no te es confortable y, para conseguir superarla, lo mejor es que tengas a tu lado ciertos aliados.

Bajo nuestra experiencia, lo más ventajoso es escribir un pequeño esquema con algunas palabras clave. Aunque no tienes que mirarlo durante todo el tiempo, sí puedes echar mano de él cada vez que pierdas el hilo.

Este soporte te dará la tranquilidad que necesitas, desarrollarás tus ideas con calma y reducirás al máximo el estrés que esta situación pueda provocarte.

6. Practica, practica y… practica

Exponer tu intervención previamente y en repetidas ocasiones hará que te des cuenta de aquellos puntos que tienes que reforzar y en cuales te manejas con soltura.

Lo más recomendable es que te grabes en vídeo, ya que, de ese modo, podrás controlar también tu lenguaje no verbal.

Esto también resulta indispensable para calibrar el tiempo que tardas, ya que muchas de las exposiciones orales tienen una duración que no debes sobrepasar.

7. La voz, tu mejor aliada

Dentro de lo que se entiende por “voz” debemos distinguir entre: el volumen, el ritmo y el tono. Mediante la correcta combinación de estos tres componentes conseguirás resultados de éxito.

Procura ir variando el tono de tu voz, poner énfasis en aquellas partes que quieres que sean recordadas, mantener un volumen cómodo para que toda la sala pueda escucharte, no hablar demasiado rápido y marcar ciertos silencios.

La oratoria tiene muchos entresijos, pero una vez los domines, será una habilidad que saldrá de ti automáticamente.

8. Introducción, nudo y desenlace

Como en la mayoría de las historias, el oyente espera encontrar estas tres partes en cualquier narración.

Estructura tu composición para que sea más sencillo llevar el seguimiento de ella.

Una vez tengas por la mano el arte de hablar en público y el de contar historias, podrás hacer algunas excepciones, pero no es lo más recomendable para las primeras exposiciones.

9. ¿Contamos una historia?

Ahora que hablamos sobre la estructura que debe tener un discurso, también queremos decirte que muchos expertos oradores comienzan contando una historia. Y, si es propia, aún mejor.

Analiza si, en tu caso, empezar de este modo sería conveniente, pero déjanos decirte que incluir esta parte genera confianza, hace despertar emociones en tu público y que empaticen con tu discurso.

Y ahora que ya has los 9 consejos para hablar en público, ¿cuáles de ellos vas a comenzar a aplicar?

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